sábado, 4 de octubre de 2008

4.3. Actividades dialógicas

Responde a las cuestiones que acompañan al siguiente texto:

Ha estado fuera de casa una semana. Al volver, parece otro. Cuando nos acostamos, me ha acariciado con mucha ternura. Me ha dicho que no volverá a atormentarme con lo de mis ronquidos, y me ha extrañado que ahora se le ocurra esa idea. Desde que nos casamos -será más exacto decir desde un par de años después de habernos casado- suele despertarme, zarandeándome, varias veces cada noche: "Ya estás roncando otra vez, roncando como una bestia; qué pena que no puedas oírte". Y yo jamás hice otra cosa que pedirle perdón. Muchas veces me echaba a llorar, lo que servía para irritarle más aún: "Cállate ya: primero, ronquidos y ahora, lloros. ¿Es que no voy a poder dormir tranquilo?" Así una y otra noche desde hace cinco años. Y yo nunca me quejaba, sólo le pedía perdón. Hasta fui al médico, a ver si eso de los ronquidos tenía algún remedio, y me dijo que no.

Ahora, esta noche, me ha acariciado, me ha pedido perdón, me ha dicho que soy una santa y él un bruto. Y que nunca se perdonará haberme hecho sufrir tantas y tantas noches. El viaje lo ha cambiado extrañamente. Ha estado fuera una semana, en no sé qué congreso al que asistió por cuenta de su empresa. "Por lo menos -dijo al marcharse- estaré una semana sin escuchar tu orquesta. Dormiré a pierna suelta". Eso es lo que me dijo. Y ahora, al volver, me pide perdón por todo lo que me ha hecho sufrir. Y por todo lo que he callado. "Porque tú -me dice- podías haberme dicho que yo ronco también, no sé si tan escandalosamente como tú, pero ronco toda la noche". Es cierto que ronca. Y que nunca se lo dije por no humillarlo. Pero ahora él sabe que ronca, y me pide perdón, y todo se ha arreglado. Y me abraza, y me dice que soy una santa y él un miserable.

Todo ha cambiado, ya lo dije, a la vuelta de su viaje. Estuvo en un congreso en Palma de Mallorca. Viene más moreno, más alegre y hermoso, más tierno. Nunca le preguntaré quién le ha dicho que ronca.

José Hierro.

4.3.1. Copia el primer párrafo formalizando los pasajes en estilo directo, como se describe en el apartado 3 b) de “El texto dialógico”.

4.3.2. Escribe de nuevo el segundo párrafo pasando a estilo indirecto las intervenciones que aparecen en estilo directo.

No hay comentarios: